Más de la mitad de los jóvenes en Buenos Aires buscan irse del país. Migrar implica un gran costo, y es riesgoso, ya que no se nos asegura que conseguiremos mejores condiciones de vida, ni siquiera trabajo, en un ámbito de recesión global. Para muchos, implica empezar desde abajo, tomando empleos para los cuales están sobre calificados. Irse de un país a otro en busca de un futuro mejor es totalmente anacrónico. Pensar que mis bisabuelos hicieron lo mismo, migrando de una Italia arrasada por la posguerra, con la promesa de prosperidad en Argentina, decidieron montar un barco y probar suerte. Casi 200 años después veo a los mismos hijos de esos inmigrantes queriendo irse.
Una alternativa; migrar digitalmente. A diferencia de una migración clásica, es más barata, práctica, y permite conservar nuestros afectos. También es menos riesgosa, ya que equivocarse no implica haber dejado todo atrás y empezar de nuevo. Esta saca provecho de las nuevas tecnologías y del cambio cultural del teletrabajo. Consiste en abstraerse económicamente, por medio de un ingreso generado a través de internet, ya sea con un trabajo o un negocio. Idealmente esto nos permite generar divisas extranjeras permitiendo independizarnos del sistema económico argentino. Protegiéndonos de la coyuntura económica actual, evitando la inflación, permitiéndonos ahorrar y aprovechar la brecha cambiaria.
No solo la recesión destruirá miles de puestos de trabajo, sino también el mismo avance tecnológico, por medio de la inteligencia artificial (IA). Pero es que esta misma destrucción de trabajos vendrá acompañada de la creación de miles puestos nuevos, los cuales aún son impensables. Hace 1000 años, el 98% de la población de la tierra se dedicaba a la agricultura, hoy solo lo hace el 28%. Impensable para un granjero a fines del siglo XVIII imaginar la existencia de los influencers. Nos encontramos (hoy) en una situación similar a la de ese granjero, radical será el cambio que ocurrirá en los tipos de trabajos que existen, y, si bien difícil, es fundamental tener visión e intentar apuntar a esos trabajos emergentes.
Es difícil imaginar con precisión qué trabajos surgirán los próximos años, pero podemos aproximar algunas de las características. Debido a que la IA solo puede realizar trabajos monótonos y repetitivos, podemos asumir que las cualidades del trabajo del futuro serán poco monótonas y no repetitivas, requerirán de creatividad y de la solución de problemas abastractos. Suelen, además, ser la combinación de dos o más disciplinas. También trabajos de carácter social serán muy demandados, asistencia social, docencia y salud/enfermería serán los más difíciles de reemplazar. En resumen, el trabajo se volverá más humano.
Hoy en día existe una gran demanda global de trabajos nacientes y se están creando puestos constantemente, por lo general relacionados con las tecnologías de la comunicación. Para conseguir estos trabajos no hace falta tener un título universitario; más bien, se busca que uno sepa construir y adquirir las habilidades que se necesitan sobre la marcha. Ser autodidacta, responsable y motivarse por cuenta propia. El repositorio de código y blogs son los nuevos currículos, y Twitter el lugar para ir a buscar trabajo.
No tenemos que esperar a que el estado se adapte y nos enseñe las habilidades que se necesiten. Lo primero es intentar adaptar nuestras habilidades ya existentes para poder trabajar de manera remota, y buscarlo. También es nuestra responsabilidad tener visión, combinar disciplinas y detectar posibles futuros trabajos. Con esa visión, invertir en educación y prepararnos para el futuro. Si bien la situación es difícil, nunca fue tan accesible aprender y capacitarse.Debemos buscar en los conflictos soluciones. El problema como camino.